Poemario

A José García Ocejo le gusta la música quizás más que la pintura. Sin embargo nunca pudo componer pero sí tocaba el piano y escuchaba siempre todo tipo de melodías y composiciones: desde la música popular mexicana, hasta autores del extranjero y composiciones de ópera, música clásica, jazz, boleros, todo tipo de música.

José García Ocejo fue un gran lector. Curioso de la vida en general, le interesan siempre las obras maestras de la literatura clásica universal, en particular española, francesa, inglesa, oriental y mexicana. Era un hombre informado de la actualidad, pero se inclina principalmente a la referente al arte y la cultura. Asiste a teatros, conciertos, exposiciones, ballets y tiene una vida muy activa visitando siempre museos y recintos culturales, lo que le permite estar informado y actualizado en las manifestaciones del mundo del espectáculo; era un fiel asistente a todos los eventos artísticos del Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México, por ejemplo.

Escribir fue otra de sus grandes pasiones que expresa con total libertad a partir principalmente de su edad madura y más durante su vejez. Escribe en pequeños cuadernos y aquellos primeros poemas los publica en un catálogo acompañado de dibujos, casi todos eróticos: Poesía Pintada. Más tarde cuando tuvo ochenta y tantos años, escribe otras poesías que acompañan los dibujos que hace en cuadernillos; principalmente cuando realiza dibujos al óleo y con bolígrafos de colores, piezas de pequeño formato: ahí plasma todos los temas que le interesan a lo largo de su vida y escribe versos llenos de humor y desenfado. El único rigor que Ocejo tuvo fue su propio divertimento.